En plena ebullición del proceso orgánico de renovación de Izquierda Unida, han emergido dos candidaturas con una fuerza que nace desde las bases. Rafael Aguilar, para IU Andalucía, y Rocío Calderón, para la Coordinadora Provincial de Málaga, han presentado oficialmente sus proyectos en un acto público celebrado el pasado jueves 15 en la Plaza de la Constitución de Málaga. Ante un numeroso grupo de compañeros y compañeras llegados de diversas provincias andaluzas, ambas propuestas se dieron a conocer como alternativas firmes y cohesionadas frente a las candidaturas respaldadas por los actuales aparatos de dirección de IU.
Lejos de la lógica cupular que ha marcado algunas etapas recientes en la organización, estas propuestas parten de la militancia y buscan devolver a Izquierda Unida su carácter transformador, su conexión con los movimientos sociales y su arraigo territorial. En un contexto marcado por el desapego político y la deriva institucionalista de buena parte de la izquierda, las candidaturas de Aguilar y Calderón ponen sobre la mesa una IU que quiere volver a ser útil para la clase trabajadora y el pueblo andaluz.
Tanto el documento andaluz, encabezado por Rafael Aguilar, como el presentado por Rocío Calderón para la provincia de Málaga, parten de una misma premisa: IU ha perdido parte de su identidad en los últimos años, arrastrada por dinámicas de confluencia mal planteadas, alejadas de la militancia y de las luchas reales. Lejos de resignarse a esta situación, ambas candidaturas promueven una reactivación del proyecto político volviendo a las bases, construyendo poder popular y organización al servicio de la transformación social, mediante el catalizador que siempre ha sido IU, pero que de un tiempo a esta parte ha sido relegado.
En el documento marco andaluz titulado “Volver al origen”, se denuncia la subordinación política que ha experimentado IU dentro de confluencias como “Por Andalucía” o “Sumar”, y se plantea una necesidad urgente de rearmarse ideológicamente y recuperar la coherencia de discurso y de acción. Desde esta óptica, Aguilar y su equipo abogan por una izquierda que no solo resista, sino que vuelva a ilusionar, recupere la iniciativa política y construya comunidad con propuestas claras y valientes.

La candidatura de Rafael Aguilar plantea una IU Andalucía como una herramienta transformadora, no subordinada, y para ello pone sobre la mesa tres grandes ejes para reconstruirla:
- Rechazo al institucionalismo vaciado de contenido y defensa de una IU militante
Se plantea una ruptura con la lógica de subordinación a proyectos electoralistas sin implantación real, señalando que la IU útil es la que se construye desde las asambleas locales y los conflictos concretos. Reivindican el papel del municipalismo combativo y del trabajo en los barrios y los centros de trabajo como ejes centrales de la acción política. - Reconstrucción organizativa desde la democracia interna y la pluralidad
El documento insiste en la necesidad de fortalecer las asambleas, impulsar la consulta militante, recuperar los procesos de rendición de cuentas y erradicar las dinámicas de hiperliderazgo. Una IU amable para militar, horizontal y que funcione como “intelectual colectivo” de la clase trabajadora. - Un proyecto con visión estratégica, feminista, ecologista y socialista
Lejos del espontaneísmo o el oportunismo electoral, se apuesta por una izquierda que articule una estrategia a largo plazo, que no renuncie al horizonte socialista y que combine lucha institucional con trabajo en la calle. Se señala la urgencia de articular propuestas en torno a la vivienda, la sanidad pública, el ecologismo popular y la defensa de lo común.
Por su parte, la candidatura encabezada por Rocío Calderón Muñoz se presenta como una llamada a la reorganización política y social de la izquierda malagueña, desde un enfoque integrador y feminista. Su propuesta, titulada «Recuperar la esencia de IU», lanza una crítica directa a la deriva desmovilizadora y apuesta por una provincia que vuelva a poner la militancia y la lucha por los derechos sociales en el centro.

Las tres ideas fuerza que vertebran esta candidatura son:
- Revitalización de la militancia y atracción de nuevas incorporaciones
El documento plantea un trabajo honesto por recuperar a quienes se han alejado de la organización, generando espacios participativos que ilusionen y llamen a la acción. Se propone dinamizar las asambleas, fomentar el relevo generacional e incorporar activamente a las juventudes como sujeto político transformador. - Presencia activa en la calle y las instituciones
Se propone redoblar esfuerzos por reconectar con los movimientos sociales, los sindicatos, los barrios y los conflictos cotidianos, sin renunciar a la labor institucional, pero asumiendo que la transformación real vendrá desde abajo. Se trata de retomar la IU que lucha, acompaña y construye desde lo colectivo. - Un programa político centrado en derechos, cuidados y mundo rural
Las prioridades políticas se articulan en torno a la defensa de una educación pública y de calidad, el derecho a una vivienda digna, los cuidados con enfoque feminista, la inclusión social y la lucha contra la desigualdad en el mundo rural. Todo ello desde una perspectiva de clase, interseccional y con conciencia territorial.
Una presentación pública con aroma de pueblo organizado
La puesta de largo de ambas candidaturas el pasado jueves 15 en la Plaza de la Constitución de Málaga simbolizó mucho más que una presentación de documentos. Fue un acto de reafirmación política y comunitaria. Decenas de compañeras y compañeros de todas las edades —provenientes de distintos rincones de Andalucía— se congregaron para expresar que otra IU es posible: más democrática, más combativa, más honesta y más necesaria que nunca.
Las intervenciones, cargadas de contenido político y emoción, pusieron en valor la unidad en la diversidad, el papel de la militancia como motor del cambio y el compromiso con una alternativa real al capitalismo desde una izquierda que no renuncia a la transformación social. Una izquierda que no teme disputar el presente, pero que tiene la vista puesta en un futuro de justicia, dignidad y libertad para todas y todos.
En un contexto donde parte de la izquierda institucional ha perdido el vínculo con su base social, estas candidaturas suponen un revulsivo, un llamamiento a volver a creer en la organización popular como motor del cambio. Frente al desencanto, proponen organización; frente al desarraigo, comunidad; frente a la gestión sin alma, política con principios.
Ambas candidaturas no solo cuestionan el rumbo de los aparatos actuales, sino que ofrecen un proyecto ilusionante, arraigado y con vocación de futuro, donde Izquierda Unida vuelva a ser para lo que nació: una herramienta de lucha para la clase trabajadora.