La coalición de izquierdas ha instado al Ayuntamiento de Mijas a no generar malos entendido entre las explotaciones agrícolas del municipio, al llegar tarde a los avances legislativos producidos en el tratamiento de los restos vegetales, que a partir de enero podrán ser quemados sin que sea necesario justificar su tratamiento fitosanitario, lo contrario de lo anunciado por la concejalía de Medio Ambiente.

Por Andalucía en un detallado comunicado corrige al Ayuntamiento de Mijas, informando de que las quemas agrícolas volverán a estar permitidas para las explotaciones agrarias a partir de enero. Precisa que esto será posible porque el Congreso ha modificado la Ley de Residuos mediante una enmienda introducida en la PAC y bajo la presión de las organizaciones agrícolas.

Con el comunicado corrige a la concejalía de Medio Ambiente por haber informado un mes tarde de la Orden de 28 de noviembre de 2022 de la Junta de Andalucía, y mal porque a partir de enero no será necesario rellenar el modelo de solicitud que dispone la citada Orden porque las quemas volverán a estar autorizadas para las explotaciones agrícolas.

La coalición de izquierdas prosigue en su comunicado indicando que el Congreso aprobó el 15 de diciembre levantar la prohibición de quemar restos de poda y vegetales a las explotaciones agrícolas y forestales de menos de 50 personas empleadas y que facturen menos de 10 millones; eso supone la práctica totalidad de las existentes.

Sin embargo, Por Andalucía matiza que esa enmienda no afecta a la quema de restos vegetales de viviendas en zonas urbanas ni a las parcelas en zonas rurales que no tengan la consideración de explotaciones agrícolas, que seguirán teniendo prohibida la quema.

Respecto a esto último, Por Andalucía señala en su comunicado al Ayuntamiento de Mijas como el responsable de que se produzcan quemas prohibidas en el municipio, y recuerda que esa inactividad municipal perjudica la salud pública seriamente. así como al medioambiente y los ecosistemas.

¿Por qué debe estar prohibido quemar restos vegetales en general?

Se ha venido discutiendo ampliamente desde hace algún tiempo acerca de la conveniencia o no de quemar restos vegetales. Esta práctica, aunque inicialmente puede parecer inocua, esconde detrás una serie de problemas graves que afectan a la salud pública, el medioambiente y los ecosistemas. Es por esto por lo que se ha optado por una prohibición explícita de esta práctica, hecho que ha sido alterado por la presión ejercida por el lobby agrícola, consiguiendo que las explotaciones agrícolas y forestales queden exentas de esta prohibición en su práctica totalidad.

Afecciones a la salud pública.

En primer lugar, la quema de restos vegetales, siendo una forma de contaminación de aire, puede traer consigo efectos negativos para la salud pública. Esto se debe a que los humos que se producen al quemar los restos vegetales contienen grandes cantidades de dióxido de carbono, óxidos de nitrógeno, óxidos de azufre, partículas suspendidas y compuestos orgánicos volátiles. Todas estas sustancias pueden causar problemas respiratorios, dolores de cabeza, fatiga e irritación ocular o nasal, entre otros.

A la vez, las partículas en suspensión son los ingredientes principales de las brumas, humos y polvo, son elementos que hacen que la calidad del aire presente serios problemas.

Las partículas tienen una amplia gama de tamaños y se clasifican en función de su diámetro aerodinámico en PM10 (partículas con un diámetro aerodinámico inferior a 10 micras) o PM2.5 (diámetro aerodinámico inferior a 2,5 micras). Estos últimas son más peligrosas, ya que, al ser inhaladas, pueden alcanzar las zonas periféricas de los bronquiolos y alterar el intercambio pulmonar de gases.

Las partículas finas, tales como las que se encuentran en el humo y la neblina, son de 2,5 micras de diámetro y más pequeñas. Los estudios científicos han relacionado la contaminación por partículas, especialmente las partículas finas, con una serie de problemas significativos de salud, incluyendo: la muerte prematura en personas con enfermedad cardíaca o pulmonar, ataques cardíacos no mortales, latido irregular del corazón, agravamiento del asma, disminución de la función pulmonar…

Las personas con enfermedades cardíacas o pulmonares, siendo consideradas las mayores y la infancia como las de mayor riesgo por la exposición a partículas, como la enfermedad de la arteria coronaria, insuficiencia cardiaca congestiva y el asma o enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) tienen un riesgo mayor, porque las partículas pueden agravar estas enfermedades. Las personas con diabetes también pueden tener un mayor riesgo, posiblemente debido a que son más propensos a tener una enfermedad cardiovascular subyacente.

Afecciones al medio ambiente y los ecosistemas.

El humo producido al quemar restos vegetales contiene grandes cantidades de ácido sulfúrico, sustancia que resulta extremadamente dañina para el medioambiente. Esta sustancia puede provocar la reducción de la nitrificación en el suelo, un proceso importante para la preservación de la fertilidad de este. Esto, a su vez, tiene repercusiones para los ecosistemas, puesto que la reducción de la nitrificación reduce la cantidad de oxígeno disponible para los seres vivos y puede llegar a causar la muerte de pequeños organismos.

Finalmente, aunque la quema de restos vegetales parece ser una forma fácil de deshacernos de los mismos, esto no siempre es así. Esto se debe a que el humo producido al quemarlos contiene numerosos compuestos orgánicos volátiles que se pueden acumular en el suelo durante meses, incluso años, sin que la quema los haya eliminado totalmente.

En conclusión, la quema de restos vegetales está prohibida por la serie de problemas que genera. El humo que se produce contiene una gran cantidad de contaminantes nocivos para la salud pública, el medioambiente y los ecosistemas. Por esto, es recomendable que los residuos vegetales se eliminen de formas más saludables, como el compostaje o reciclaje.

Por Andalucía concluye su comunicado proponiendo al Ayuntamiento de Mijas que haga un estudio de los costos que podría suponer la compra de trituradoras para que fuesen cedidas a las explotaciones agrícolas con el objetivo de evitar que se efectúen las quemas de los restos vegetales, convirtiendo el material para la cobertura del suelo y/o compost.